Hasta hace poco tiempo mi pintura ha tenido un aspecto claramente figurativo. Me encanta el paisaje urbano y humano, contar historias, retratar personajes cotidianos de nuestro día a día. He pintado calles, automóviles, personas que caminan o toman un café en un bar, niños jugando al fútbol en la calle…
Estoy interesada en el arte con todos sus géneros. Me encanta experimentar con diferentes materiales y técnicas.
En esta búsqueda de nuevos horizontes, durante los últimos años he estado trabajando en sensuales pinturas abstractas. Son una combinación de colores vivos y pinceladas expresivas para crear vibración, dinamismo y optimismo.
Me encanta el color y la textura, y en mis trabajos siempre intento usar estos elementos para crear un equilibrio armonioso. La composición es muy importante para mí.
En mi trabajo lo importante no es solo mirar, sino sentir las pinturas. No es lo que miras lo que importa, es lo que ves. La obra invita a los espectadores a sus propias interpretaciones. El espectador crea su propio significado de la obra. Mi deseo es que al contemplar una obra, deje de lado sus pensamientos, despeje la mente y se conecte con cada pieza. El espectador sacará sus propias conclusiones. Cómo lo ven y lo que ven es su propia experiencia. Es necesario dejar espacio para el descubrimiento y la sorpresa.
Realmente el tema general es la condición humana. Busco interpretar la complejidad del alma humana mientras exploro el color y disfruto del proceso pictórico.
Me gusta pensar que mis cuadros son una especie de poesía sin palabras.
Pretendo hacer una pintura atmosférica y estética. Me gusta crear un ambiente enigmático y emocional, con una intención más lírica que intelectual. Es poesía y lucha al mismo tiempo. Pintar para mi es belleza, alma y pasión, pero a veces también es una pelea. Una pelea conmigo misma, una batalla interminable con los colores y las machas, en forma de un diálogo interno.
En muchas ocasiones busco hacer descubrimientos por accidentes y sagacidad, intentado controlar el resultado. Aquí juega un gran papel la habilidad e intuición del pintor. La belleza puede estar en una línea simple, una figura aparentemente descuidada, un garabato…
Pinto con pintura acrílica de forma espontánea y física, moviéndome hacia adelante y hacia atrás, haciendo trazos y manchas que bailan sobre la superficie de la obra. Empiezo por introducir colores, formas y líneas y luego respondo a su desarrollo. Muevo estos elementos, agregando y quitando pintura en varias capas, capas añadidas, capas eliminadas, capas de gesso, acrílicos, aerosoles, … con el objetivo de crear gestos, trazos, una textura, color y composición interesantes, hasta que estoy satisfecha con la composición y el esquema de color. Me atrae el aspecto gestual de la pintura, la presencia física de los materiales.